miércoles, 4 de mayo de 2011

MERIDA: VOCACION EDUCATIVA

Universidad de Los Andes. Patio del Rectorado.


La historia de Mérida nos revela su afición al conocimiento religioso, humanístico, tecnológico y científico, lo que ha sido la plataforma de su talento universitario.  Esta voluntad de  ser una ciudad ilustrada,  dispensadora de valores y conocimientos,  existe desde sus orígenes. Una breve indagación sobre la paulatina consolidación de esta condición, se puede realizar deteniéndose en algunos  acontecimientos históricos, a saber:

La creación del Colegio de la Compañía de Jhesus de Mérida (Siglo XVII), en escritura de fundación del año 1629, concedida por el  Padre Buenabentura de La Peña:
 “Presbytero Capellan en la Sancta Iglecia Parrochial de esta ciudad de Mérida del Nuebo Reyno de Granada de las Indias. Otorgo, y hago escritura de donación, dotación, y Fundación del Colegio de la Compañía de Jhesus que está en dicha  ciudad de Mérida, movido del zelo de la honrra de Dios y del bien de las almas, y del gran fruto que los Religiosos de la dicha Compañía hazen en la crianza de la jubentud y enseñanza de los yndios y aprovechamiento espiritual de todos aquellos, con quien tratan  y con deseo de la asistencia , y perpetuidad de la dicha Compañía, en esta ciudad instituyo, y ordeno la dotación, y fundación...”[1] También, Pedro de Mercado (Ecuador, 1620-1701) en su HISTORIA DE LA PROVINCIA DEL NUEVO REYNO Y QUITO DE LA COMPAÑÍA DE JESUS, escribe lo siguiente sobre la fundación del colegio de la Máxima Compañía de Jesús :Es Mérida una ciudad lucida pero pequeña, y con serlo ha sido cabeza de gobernación... Entre las casas  de los pocos vecinos hay seis consagradas a Dios, la de la iglesia mayor, las de los tres santos patriarcas San Agustín, Santo Domingo y San Francisco; un convento de religiosas de Santa Clara; un hospital de pobres enfermos, y últimamente un colegio de la Máxima Compañía de Jesús, que está casi en medio de la ciudad, distante una cuadra de la iglesia mayor y plaza que es un sitio muy conveniente y muy acomodado para que todos los de la ciudad acudan... esta provincia no tuvo dolores de parto en la fundación de este colegio que produjo y sacó a luz como a hijo de las entrañas de su caridad para aprovechar espiritualmente a las almas. No contradijo el señor gobernador ni ninguno de la ciudad contradijo, antes bien todos unánimes y conformes vinieron en que se hiciese la fundación juzgando que les estaba muy bien tener tales padres de asiento en su tierra... Para el sustento del colegio hicieron los vecinos sus mandas de lismosnas según sus caudales. Quien se aventajó a todos en la beneficiencia  y liberalidad fue el señor licenciado Ventura de la Peña, clérigo presbítero, capellán en la santa iglesia parroquial de esta ciudad, haciendo escritura de donación de toda su hacienda para la fundación del colegio... Desde el principio de la fundación, han enseñado la lengua latina a la juventud de Mérida y generalmente han sacado d emuchos de sus ignorancias y los han instruido en muchas cosas espirituales para que vayan adelante sus espíritus sirviendo a Dios y mereciendo gozar de su vista por una eternidad.”[2]


En 1788 nace la educación pública de Mérida, cuya iniciación consta en carta dirigida al Cabildo de Caracas:

El Doctor Don Francisco Antonio Uzcátegui, Presvitero natural y vezino de esta ciudad, y domiciliario de este Obispado; hace presenta a V.S. que... .establecio a costa de superar varios incombenientes una escuela pública, de primeras Letras...  con tan buen logro de sus deseos, que en el día se aprovechan de ella, serca de cien niños, y con tal aprovechamiento, qual a Vuestra Señoría es constante... Suplica a Vuestra Señoría, que atendiendo a este loable fin se sirva permitirle, el que en la Parroquia del Exido... pueda establecer, y fundar una Escuela Patriótica, o educación de sus  naturales, en los dos tan deplorables, como precisos ramos de Herreros, y Carpinteros por lo que respecta a hombres, y en cuanto a niñas pobres, y mugeres sin ocupación, en todos los demás exercicios propios de este sexo, como hilar, texer, etc.”[3]


Es crucial, para la comprensión de la memoria e identidad merideñas,  la creación de la casa de educación de los jóvenes inclinados a seguir el estado Eclesiástico, embrión del Seminario de Mérida  y nacimiento posterior de la Universidad de Los Andes,  como rasgo  más nítido de la evolución educativa de la ciudad. El documento de su constitución dice:

El Ilmo. Señor Dr. D. Fr. Juan Ramos de Lora, del Consejo de Su Majestad, Dignísimo Obispo de esta Diócesis de Mérida, considerando, como vigilante Pastor de su rebaño, que la instrucción de la juventud es el más seguro manantial de virtuosos Eclesiásticos que dirijan las conciencias  de los pueblos de su Diócesis ha determinado interinamente el convento  cituado en esta ciudad, que era de los Padres de San Francisco, y se halla en el día desocupado de estos Religiosos... para que en él se establezca una casa de educación de los jóvenes inclinados a seguir el estado Eclesiástico, en donde se les imprima máximas de Religión, y se les enseñe la lengua latina, e instruya en las materias morales, hasta tanto que se practican las diligencias correspondientes...  y funde el Seminario Colegio con todas las formalidades que dispone el Santo Concilio de Trento.”[4]



Fray Juan Ramos de Lora




Apenas llegó a territorio de su obispado, Ramos de Lora  se fue informando sobre la situación de la misma. Una de sus preocupaciones fundamentales era el escaso número de sacerdotes...  A comienzos de 1785, el prelado oficia al Rey en términos dramáticos... Para poder cursar estudios, sus diocesanos tenían que trasladarse a Caracas o Santa Fe, lo cual era prohibitivo para la mayoría.... El 29 de marzo del 85 (dió a conocer) unas “Constituciones” sobre una “casa de educación” que comenzaría a funcionar interinamente en el convento desocupado por los frailes franciscos.... El 6 de mayo, casi cuarenta días después de la promulgación de las Constituciones de la Casa de Educación, el obispo le dirige al rey  “una bien meditada representación, en la que le exponía la necesidad urgente de fundar en Mérida un Seminario Tridentino para la enseñanza de la latinidad y teología moral”... La Real Orden del 14 de septiembre de 1786 aprobaba la erección del Seminario conciliar en el convento de franciscanos suprimido de esta ciudad... En dos años, el viejo convento se hizo insuficiente para albergar a los estudiantes... Esto le hace pensar en la conveniencia de construir un seminario de nueva planta, al que suplica al Rey lo erija con el título de San Buenaventura. Y afirma decidido: “Tomé resolución de fabricar colegio formal, capaz para todo el número de estudiantes, que pudiesen ocurrir de la Diócesis, con oficinas proporcionadas y en lugar más inmediato a la plaza principal y en fin escogido de toda la ciudad, cuya fábrica prometiese la perpetuidad de la erección”... La real cédula que aprueba la fundación del Seminario de Mérida... lleva fecha del 9 de junio de 1787... Su proyecto no era la modestísima casa de educación, ni siquiera un seminario conciliar sin más. El piensa, sin duda, en un seminario-universidad, como los que existían en el resto de las Indias... En 1789 se dicta la Real Cédula que aprueba la construcción de la casa para seminario conciliar. La importancia de esta Real Cédula es grande en el desenvolvimiento de la historia del colegio seminario hacia su meta más alta: abrirse a la posibilidad de estudios superiores. Se aprueba la fábrica; se aprueba la denominación de San Buenaventura. Pero , por encima de todo se concede la convalidación de estudios... para recibir los grados universitarios, aunque todavía no pueda conferirlos... El nuevo edificio era orgullo de la ciudad. Sólido y espacioso, de fachada seria y elegante... Las paredes eran de tapiales... Dos patios. Espaciosos claustros  y pilares de manpostería... cubierta de teja... Las paredes por dentro y por fuera, encaladas...Eel obispo se ocupó de que las dos calles contiguas a la fábrica fueran  “empedradas y expeditas.”[5]


Una crónica sobre la evolución del Seminario hasta convertirse en Universidad se encuentra en BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES. Según IdelfonsoLeal:

Ya en 1787 el seminario albergaba 42 estudiantes y la fama de buena enseñanza se fue extendiendo a las más apartadas regiones de Barinas, San Cristóbal, Coro, Trujillo y Maracaibo y hacia el año de 1800 comenzó a activar la idea de que el Colegio Seminario  se elevara a la categoría de Universidad... El abanderado de esta lucha por una universidad para la zona andina fue el licenciado Francisco Javier de Irastorza, Provisor del Obispado... Muchas fueron las razones presentadas para justificar la creación de la Universidad: la alta calificación académica de los estudios del Seminario, la enorme distancia de 300 leguas que separaban a Mérida de las universidades más cercanas de Caracas y Bogotá; los “ásperos caminos” que debían recorresrse para llegar a puntos tan distantes... El seminario continuó su marcha ascendente, especialmente bajo la dirección del obispo Santiago Hernández Milanés, quien creó la cátedra de medicina en 1805... El 18 de junio de 1806 Carlos IV otorgó al seminario la gracia de conferir grados menores y mayores, en Filosofía, Teología y Cánones... A raíz  de los suceso revolucionarios de 1810, en Mérida se constituyó la Junta Patriótica conservadora de los derechos de Fernando VIII, y esta ocasión fue aprovechada para replantear con más fuerza el anhelado proyecto de establecer una universidad en Los Andes.... La Junta decretó solemnemente la fundación de la Universidad el 21 de septiembre de 1810. En aquel memorable Decreto se dice que la Universidad ostentará el título de “Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros”... Con música, diversiones públicas y mucha alegría, Mérida instaló públicamente la Universidad el 23 de septiembre de 1810.”[6]


Don Pedro Rincón Gutierrez


En 1832, la Universidad deja su tutela eclesiástica para convertirse en una institución laica y un año después toma el nombre de Universidad de Los Andes. Lentamente, su estructura académica y la planta física se expandieron. A partir de los últimos años sesenta, bajo la visión amplia y futurista del rector Dr. Pedro Rincón Gutierrrez, la Universidad de Los Andes dió un salto de escala. Adquirió grandes extensiones de terreno y adoptó un nuevo modo de planificación para adaptarse a la exigencias de crecimiento, diversificación y excelencia, exigidos por las necesidades de modernización de la sociedad venezolana.


Universidad de Los Andes. Núcleo La Liria.


Actualmente,  la Universidad debe ser reconocida como el más sublime patrimonio la Ciudad. Ofrece, aproximadamente, 55 carreras, 47 especialidades, 60 maestrías y 13 doctorados distribuidos en once Facultades, ubicadas en Mérida y varios Núcleos universitarios: Núcleo Universitario Rafael Rangel en el Estado trujillo, Núcleo Universitario Dr. Pedro Rincón Gutiérrez en el Estado Táchira y Núcleo Universitario Alberto Adriani en El Vigía, Núcleo Universitario de Tovar y además, posee extensiones en los Estados: Barinas, Portuguesa y Guárico. Este crecimiento ha sido medular en la estructura urbana de Mérida. Su planta física se distribuye por lo menos en seis espacios nucleares que abarcan los cuatro puntos cardinales de la ciudad y define honorablemente, las espectativas y comportamientos de los merideños. Desde este punto de vista, se mantiene vigente la popular frase de Don Mariano Picón Salas:  “Mérida es una Universidad con una ciudad por dentro”. Ambas, Ciudad y Universidad, mantienen desde siempre una relación simbiótica. Por lo tanto, las decisiones urbanísticas desde la Ciudad y desde la Universidad deben regirse en términos de: asociación, mancomunidad, alianza, colaboración, afianzamiento y respeto.
Universidad de Los Andes. Antiguo edificio de la Facultad de Ingeniería.


La trayectoria fundada por la Universidad de Los Andes, últimamente ha sido reforzada por otras instituciones universitarias que se  han localizado en la ciudad. En este sentido, cualquier estrategia urbana sobre la ciudad debe asumir el fortalecimiento de esta relación asociativa entre Ciudad y Universidad como una condición patrimonial. Es decir: deberá contribuir a la conservación y enriquecimiento de esta relación, mediante la preservación y enriquecimiento de los espacios universitarios y el mejoramiento de sus cualidades arquitectónicas, urbanas y paisajísticas, buscando siempre una relación fluida y ajustada a la estructura de la ciudad.

 
Universidad de Los Andes. Núcleo La Hechicera.

En este contexto la ciudad ha acumulado un importante patrimonio intelectual representado por sus profesionales, publicaciones, instituciones educativas, culturales, tecnológicas y científicas. Esta fue la condición para que en los años noventa se produjera la declaratoria de Mérida como Zona Libre Cultural, Científica y Tecnológica. Surgió como iniciativa de un grupo de intelectuales vinculados a la Universidad de Los Andes, quienes visualizaron la posibilidad de aprovechar las ventajas competitivas, los valiosos recursos humanos existentes, la diversificada oferta en educación y mejoramiento profesional, la existencia de una importante red teleinformática y el potencial científico y tecnológico. Con su fundación se buscaba el desarrollo de proyectos estratégicos para convertir a Mérida en un emporio productor y exportador de bienes y servicios culturales , científicos  y tecnológicos. Aunque este importante proyecto aun se encuentra en sus albores, su consolidación es necesaria, reavivando la intención original y evitando su reducción a un simple mecanismo de burocracia y comercialización.



[1] Rodriguez,Carlos César. TESTIMONIOS MERIDEÑOS. 1996
[2] Ibid
[3] Ibid
[4] Ibid
[5]  Porras Cardozo, Baltazar.  EL CICLO VITAL DE FRAY JUAN RAMOS DE LORA . Mérida, 1992
[6] Leal, Idelfonso. NUEVAS CRÓNICAS DE HISTORIA DE VENEZUELA. Caracas, 1985

IDENTIDAD DEL EMPLAZAMIENTO PAISAJISTICO Y AMBIENTAL DE MERIDA


Meseta de Merida. Vista del rio Chama.

      De los testimonios históricos se puede inferir el cuidadoso trabajo de los conquistadores españoles para escoger el mejor emplazamiento posible de la ciudad. Las características originales de ese emplazamiento son las siguientes:

  1. Una meseta alta y  llana, con poca pendiente, rodeada de cuatro ríos a manera de fortificacion que le garantizan protección y abundantes fuentes de agua: “Está la ciudad de Mérida en una amena meseta circunvalada por ríos: el Chama, es el mayor… el Mucupen (hoy Mucujún), que a breve trecho se desagua en el Chama; otro llamado Albarregas, que rodea la ciudad y es de mejor agua y de la que todos beben y lavan… y otro pequeño que llaman Milla, al fin de la ciudad.” (Basilio Vicente de Oviedo, 1699)
  2. Un lugar con un clima espléndido y particular, donde se pueden vivir “las cuatro estaciones del año sólo en uno de los días del año, y en un solo lugar.r” (P. José Gumilla, 1687-1750).
  3. Un territorio saludable: “La gente que nace en este pueblo tiene excelencia, sobre las demás de estas provincias, en ser todos, en común, hombres y mujeres de crecidos cuerpos. Críanse con mucha salud los niños... salen de buenos ingenios.” (Fray Pedro Simón, 1612)
  4. Un paisaje natural majestuoso: “Desde esta mesa se goza de la hermosa vista de la Sierra Nevada… Los picos de esta sierra, coronados de eterna nieve, las grandes masas de granito que salen de sus flancos cortadas perpendicularmente y la gigantesca mole que forma esta majestuosa sierra, le dan un aspecto imponente. Sus blancas cimas a veces cubiertas de nubes, a veces relucientes con los rayos del sol o envueltas en niebla que los hace aparecer y desaparecer en pocos instantes, todo concurre a dar a la sierra un carácter bello y sorprendente.” (Agustín Codazzi, 1841). “Pocas ciudades pueden compararse a Mérida por la hermosura del paisajehállase al borde de una meseta de origen lacustre, como colgada a 300 metros de altura sobre el espumoso lecho del Chama… de modo que la ciudad, sus arrabales, quintas y huertos parecen un jardín aéreo.” (Onésimo y Eliseo Reclus, 1837-1916 y 1830-1905).
      Estos testimonios sobre las condiciones paisajísticas y ambientales de la ciudad de Mérida, aún tienen vigencia y son respaldados por innumerables estudios.  La ciudad todavía conserva gran parte de este valor paisajístico, pero con fuertes señales de deterioro. La preservación de la ciudad y su territorio como un todo integral, es condición obligatoria para garantizar su recuperación, conservación  y consolidar su valor como espacio eco- turístico. En este sentido, es necesario mencionar, entre muchos, algunos trabajos orientados a la preservación de los recursos ambientales, de los cuales señalamos los siguientes:


1. Estudios orientados al conocimiento y  preservación de la cuenca del río Chama,  por ser ella el  territorio que sirve de asiento a la ciudad de Mérida. Una breve descripción, ha sido extraída del trabajo: ANALISIS  HIDROGRÁFICO E HIPSOMÉTRICO DE LA CUENCA ALTA Y MEDIA DEL RÍO CHAMA, ESTADO MÉRIDA, VENEZUELA.[1] Desde el punto de vista fisiográfico y geográfico, el río Chama y su afluente el Mocotíes, conforman la  gran columna vertebral de los Andes venezolanos.

Con una superficie de 3.785  Km. cuadrados, genera en su recorrido microclimas especiales y gran producción de fuentes agua que nacen en las sierras más altas y favorecen la existencia de diversos pisos climáticos con una gran multiplicidad de paisajes. El río Chama nace en la Sierra del Norte a 4.660 msnm, como quebrada Mifafí que al unirse con la quebrada El Águila, adquiere el nombre de Chama.

En su recorrido recibe aportes de agua provenientes de la Sierra de Santo Domingo, luego los de la Sierra Nevada con la quebrada Gavidia, cerca de la terraza de Mucuchíes; seguidamente, cerca de Tabay, la quebrada La Mucuy que recibe los deshielos de los glaciares del pico Humboldt. Más abajo la quebrada de Mucunutan, con los deshielos del pico Bolívar. A continuación, desemboca por la margen derecha el primer gran afluente, que es el Mucujún  y en ese punto, el Chama empieza a bordear la meseta de la ciudad de Mérida, hasta su encuentro con el río Albarregas el cual bordea el talud derecho de la  ciudad. Más adelante recibe al río de Nuestra Señora o río Negro y luego al río Las González. Sigue su curso para encontrase con la subcuenca del Mocotíes y más adelante en la ciudad de El Vigía inicia su recorrido por la gran llanura hasta desembocar al sur del Lago de Maracaibo.

Valle del Rio Chama

En el valle se encuentra una gran diversidad de terrazas aluviales que sirven de asiento a desarrollos agrícolas y urbanos. Las áreas de nevados le confieren un gran atractivo escénico y recreativo, que unidos a sus condiciones climáticas, le confieren un gran potencial turístico. Dentro de este contexto, la ciudad de Mérida ocupa una terraza aluvial ubicada en el tercio medio de la cuenca alta del río Chama, con piso térmico fresco. La altitud promedio es de 1479 msnm, y la temperatura oscila entre una mínima de 9,2 grados,  media de 18,9  grados y máxima de 31,6 centígrados. Justo, frente al Ámbito Central de la ciudad se encuentran las cumbres más elevadas de la cuenca del Chama, especificamente en la Sierra Nevada, la cual posee los únicos glaciares de Venezuela: el pico Bolívar (5010 msnm), el Espejo (4760 msnm), el Humboldt (4.940 msnm), el Bonpland (4.890 m.s.n.m.), la Concha o la Garza (4.890 msnm), El Toro (4730 msnm) y el León (4.720 msnm).

Según el trabajo LOS PICOS MÁS ALTOS DEL ESTADO MÉRIDA-VENEZUELA[2] la temporada de nevadas se producen generalmente a partir de los 4.200 msnm y comprende cinco  meses desde junio hasta octubre. La zona de mayores nevadas corresponde a las cumbres visibles desde la ciudad, lo que le confieren su gran atractivo escénico, agradable clima y gran producción de agua, pues estas cumbres reciben cerca de 5,5 millones de m3 de agua al año en forma de nieve en una superficie de 11,7 Km2., y cuyos deshielos alimentan al río Chama. El autor advierte que durante el siglo XX se pudo observar una importante disminución de los glaciares por causa de los cambios climáticos y el efecto invernadero.

Indudablemente, esta morfología geográfica es parte de la memoria de la ciudad y su región, y es uno de los rasgos más importantes de su identidad,  sintetizada en el  mito de Las Cinco Águilas Blancas, inmortalizado por el escritor merideño Don Tulio Febres Cordero. Reconocido el valor patrimonial de la cuenca del río Chama como productora de agua, como soporte de vida de la ciudad de Mérida y como asiento de una gran gran diversidad de paisajes, producto de la variación de altitud, pluviosidad, geoformas y de la intervención del hombre, es obligatorio, para garantizar su preservación,  tener presentes sus riesgos en las altas pendientes, las lluvias frecuentes y de alta intensidad,  su alta torrencialidad vulnerabilidad y amenazas por desbordes e inundaciones, la inestabilidad geológica, la alta sismicidad, el acentuado uso agrícola, pecuario, forestal y residencial, la contaminación producida por la anacrónica disposición de los desechos urbanos (sólidos y cloacales).

Estas condiciones han sido analizadas exhaustivamente y aunque se han formulado propuestas para reducir el riesgo, planificar con antelación las obras de protección ante las crecidas del rio y sus afluentes y definir acciones orientadas a  la protección y conservación de este recurso, todavía estamos en deuda con laciudad y su territorio para lograr una estrategia integral de protección

Merida y su Sierra Nevada

2. La preservación de la cuenca del rio Chama, y por ende a la preservación de la identidad de la ciudad de Mérida, va unida a la preservación  del Parque Nacional Sierra Nevada. En este sentido es bueno recordar la existencia del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso del Parque Nacional Sierra Nevada. Este parque nacional abarca una extensión de 276.446 has., ocupando un alto porcentaje del territorio del Estado Mérida. La protección de este parque mediante mecanismos de control del uso de sus recursos naturales es garantía de la vida de la ciudad, de su identidad, del carácter y comportamiento de su gente y muy especialmente de su monumentalidad y nobleza.

Una forma de contribuir a la preservación efectiva de esta identificación ambiental  sería limitando las alturas de las edificaciones de manera que el ciudadano pueda ver la belleza de las montañas, preservando así, la cualidad contemplativa del andino. También, la buena forma de la ciudad y la calidad estética de la arquitectura son factores claves en la preservación de las bellezas naturales.


3. El Proyecto Parque Metropolitano Albarregas. La cuenca del río Albarregas se extiende desde la Sierra de La Culata a lo largo de 31 kilómetros hasta la confluencia con el río Chama, ocupando una superficie de 14.253 Has.  Se dice que para 1907 la ciudad de Mérida contaba con un acueducto alimentado por el Albarregas; hasta principios de los últimos años cincuenta, la cuenca presentaba como una zona boscosa y paramera con algunas áreas de cultivo. Hacia mediados de esa década se construyeron los primeros asentamientos urbanos espontáneos sobre lás márgenes del río, adyacentes al centro tradicional de la ciudad de Mérida. Hoy se reconocen como los barrios Pueblo Nuevo y Simón Bolívar. En etapas posteriores, el crecimientos de barrios marginales continuó acentuándose, así como la construcción de conjuntos residenciales y equipamiento urbano.

Desde los últimos años sesenta, ha habido una permanente preocupación por el deterioro progresivo de la cuenca: invasión, contaminación, desforestación,  vulnerabilidad sísmica y exposición de gran cantidad de población a los riesgos de inundación. Estas han sido las motivaciones del surgimiento del Proyecto Parque Metropolitano Albarregas y un conjunto de decretos y normas que buscan el ordenamiento, saneamiento, aprovechamiento y uso de la cuenca.

La ciudad y el Parque Albarregas


El Parque Albarregas se define como un espacio de 612 Has., y 22 Km., de longitud que nace en el sector de La Hechicera en el Municipio Libertador en la ciudad de Mérida y la atraviesa longitudinalmente hasta la confluencia con el Chama en el Municipio Campo Elías. Se concibe como la creración de un espacio público de alta calidad medioambiental, funcional y estética, que permita preservar y rescatar los valores paisajísticos, ampliar el equipamiento recreacional y articular funcionalmente la ciudad en sentido transversal. Es un macroproyecto que se ha implementado tímida y parcialmente, y requiere de un gran esfuerzo y concertación de poderes institucionales, económicos y civiles para lograr su materialización. Una de las últimas propuestas, sumamente importante,  se ha orientado con el eslogan: Mérida: Ciudad Educativa-Ciudad Parque.

Así lo sostiene  la obra RÍOS Y MUNICIPIOS COMO PROYECTOS SOCIO-AMBIENTALES:

Como tema local prioritario, del proyecto “Mérida: Ciudad Educativa-Ciudad Parque”, se abordó la problemática del río Albarregas (su saneamiento y su proyecto de parque metropolitano), en su carácter socioambiental intermunicipal, para aprender y emprender programas por el rescate de la vida local, en una cruzada por el desarrollo sostenible en la conurbación Mérida-Ejido, el Albarregas y su cuenca. Como problema delimitado puede convertirse en programa piloto para estimular programas ambientales tanto en la región como en la misma área metropolitana. Como apoyo general al marco teórico conceptual, están los lineamientos del concepto de la Sociedad como Ciudad Educativa, cuya difusión se hace necesaria, para tender a multiplicar las iniciativas comunitarias, interinstitucionales, interdisciplinares y transdiciplinares, dirigidas a imbuirnos en un proceso articulado hacia la vida sostenible. Dentro de este contexto, el programa Albarregas se convierte así para Mérida, en un paso hacia el ideal de Ciudad Educativa-Ciudad Parque, un proyecto de futuro a comenzar ya con la Ciudad-Universidad presente... La propuesta, como alternativa para el desarrollo sostenible al nivel local, es perfectamente compatible con el ideal de Ciudad Ecológica.”[3]

Esta idea de Ciudad Educativa-Ciudad Parque,con el Parque Albarregas como su columna vertebral, puede convertirse en una propuesta rectora de preservación de la memoria ambiental y paisajística de la ciudad alcual deberían articularse una gran cantidad de proyectos y planes parciales orientados a la recuperación de los bordes o taludes de la terraza, la construcción de una red integral de espacios públicos conectada;  la modernización del sistema de las redes cloacales y las redes de aguas de lluvia que descargan en el río Albarregas, y la incorporación a definitiva de sistemas urbanos de tratamiento de aguas residuales.



Rio Mucujun

4.La subcuenca del rio Mucujun.Está ubicada en la parte central de la Coordillera de Mérida, al noroeste de la Ciudad de Mérida, entre los 1.800 y 4.400 m.s.n.m., con una superficie aproximada de 19.450 Has. Es la principal fuente de abastecimiento de agua potable de la ciudad de Mérida, amenazada fuertemente por el impacto de actividades humanas. Hay una serie de estudios y propuestas para aminorar el impacto de dichas actividades, garantizar el suministro y la calidad del agua potable, y concertar los intereses de los usuarios  en un marco de sostenibilidad.


5.El Proyecto de Manejo Integral de Residuos Sólidos. El rescate y preservación de la calidad ambiental y paisajísitica de los asentamientos urbanos, es una trabajo estéril si no va acompañada del manejo integral de los residuos sólidos. En este sentido se debe memorizar el trabajo que ha hecho la ciudad a través de sus gobiernos locales y regionales, la Universidad de Los Andes, etc., en el afan de implantar un sistema que permita la disminución  de la generación de residuos, la transformación de desechos recuperables dándoles un nuevo uso o reciclaje y la disposición final de los desechos. Los estudios y acciones que sobre el particular se han llevado a cabo en este complejo proceso (almacenamiento, recolección, transporte, transferencia, transformación, tratamiento y disposición final), apenas ha comenzado y  requiere de un trabajo permanente en el tiempo que permita  la profundización y actualización de los estudios y la generación de planes eficientes, factibles, viables tecnológicamente y socialmente aceptables y sustentables.



[1] Autor: Silva León, Gustavo. Revista Geográfica Venezolana. Vol 40. 1999
[2] Silva León, Gustavo. Revista Geográfica Venezolana. Vol 42. 2001
[3] Jugo Burguera, Luis. Mérida, 2005

martes, 3 de mayo de 2011

LA FUNDACION DE LA CIUDAD DE MERIDA

Vista aérea de la ciudad de Mérida, Venezuela.


Para examinar este episodio debemos recurrir, al menos, a tres versiones culturalmente aceptadas. Cronológicamente, la primera corresponde a Fray Pedro de Aguado, monje franciscano nacido en España quien, en 1581, preparó la RECOPILACIÓN HISTORIAL DE VENEZUELA.  En segundo lugar, al testimonio de Fray Pedro Simón, español quien pasa por Mérida en 1612,  y da referencias de su fundación en la obra NOTICIAS HISTORIALES DE VENEZUELA. En tercer lugar, la versión del escritor merideño Don Tulio Febres-Cordero, registrada en la obra ARCHIVO DE HISTORIA Y VARIEDADES. TOMO I. 1930. Estos testimonios presentan algunas discrepancias sobre las fechas de fundación y los diferentes nombres de la ciudad.  


Tradicionalmente, se ha admitido una primera fundación  realizada por Juan Rodriguez Suárez cerca de Lagunillas en octubre de 1558 y su mudanza posterior hacia el lugar definitivo que hoy ocupa, llevada a cabo por Juan de Maldonado. En los últimos tiempos se ha extendido la versión de Fray Pedro de Aguado sobre la existencia de tres emplazamientos de fundación. 

Algunos historiadores consideran que no fue en Lagunillas donde Juan Rodriguez Suárez fundó la ciudad de Mérida en Octubre de 1558,  sino en el poblado que hoy se conoce como San Juan de Lagunillas; él mismo realizaría la primera mudanza a principios de enero de 1559 hacia el extremo suroeste de la meseta Tatuy, probablemente en el sitio hoy ocupado por La Parroquia.  En octubre de 1559 la ciudad se traslada al sitio que actualmente ocupa, con el nombre de Ciudad de Santiago de los Caballeros.

Para ilustrar un poco tal acontecimiento histórico haremos referencia al testimonio de Fray Pedro de Aguado. Ahí se destaca como uno de los objetivos colonizadores proyectados desde el Nuevo Reino de Granada, la expedición hacia: "Una cordillera y sierra que cae sobre los llanos de Venezuela, en la cual vía habían visto ciertos cumbres de sierra metidos en la propia cordillera, nevados de suerte que por la mucha nieve que sobre ellos caía y todo el año había se veían y divisaban desde muy lejanas tierras...”1 

Fray Pedro de Aguado
Pedro de Aguado narra las discrepancias surgidas entre los capitanes Juan Rodriguez Zuárez y Juan de Maldonado  sobre esa expedición, y la iniciativa del primero de emprender  un viaje que resultó lleno de grandes trabajos y complicaciones. Así lo reseña:  
“Caminó con harto trabajo suyo y de todos sus soldados a algunas jornadas, donde demás del excesivo trabajo que en abrir el camino llevaban cortando muchos y gruesos árboles  donde la necesidad lo requería... de suerte que como hombres que casi tenían perdida la esperanza  de salir adelante ni acabar de pasar aquella montaña por su maleza y espesura, se quisieron volver atrás.”2
Así, llegaron a un pueblo de mucha gente y cultivos cuyas casas tenían a la entrada una poza grande y bien hecha y honda en que los indios recogían el agua para regar sus labranzas y legumbres... y por causa de ellos fue el pueblo llamado de los Estanques.”3


Posteriormente, encontraron otra población llamada Zamu y llamaron la Lagunilla, con habitantes “de buena distinción y pacíficos... daba muy gran alegría y contento ver la mucha población que por allí había, toda junta, por sus barrios, muy acompañada de grandes y fructíferos árboles... Traían sus persona ricamente aderezadas con mucha plumajería y cuentas blancas y verdes, y mantas de algodón... les hacía parecer muy bien y daba muestra de ser gente aventajada y respetada de los demás indios de esta provincia de Sierras Nevadas, como en la verdad los son, por respecto de cierto lago o laguna que estos indios tienen en su tierra...(con) un género de salitre muy amargo... que en su propia lengua llaman xurao.”4 
Vista actual de Lagunillas
Asi,en ese sitio “donde estaba alojado, que es casi la última parte de la Lagunilla, yendo hacia la Sierra Nevada, pobló un pueblo con sus ceremonias acostumbradas, al cual llamó la ciudad de Mérida, con aditamento de mudarla si le pareciese convenir;  luego nombró sus alcaldes y regidores y otros oficiales... lo cual hecho celebraron la fundación de su pueblo con mucho regocijo, que fué por Todos Santos del año de cincuenta y ocho.”5
“en unos bohíos de indios que allí había poblados, porque... le parecía el lugar muContinuando la exploración del territorio hacia el norte, encontraron una meseta muy llana, cercada de rios y colindante a la Sierra Nevada. Juan Rodriguez mudó su pueblo hacia ese lugar y fuerte y de gran ventaja... En él hicieron los españoles sus casas, aunque fuera de la traza del pueblo, sino en ranchería... dado asiento en las cosas del pueblo y desta su segunda traslación acordó Juan Rodriguez ir a dar vistas y descubrir la laguna de Maracaibo.”6

Es conocido el  seguimiento sobre la expedición de Rodriguez Suarez, realizada por el capitan Juan de Maldonado, quien según esta versión de Pedro de Aguado, había tenido el propósito de asociarse con Suarez para proseguir en la exploración y conquista del territorio, pero la confrontación entre ellos hizo que:
"Maldonado suministrara informaciones bien rigurosas de las muertes y otros malos tratamientos que en la provincia se habían hecho, y con ellas envió preso al capitán Juan Rodriguez a la ciudad de Santafé, y quedándose él con toda la gente determinó de ir y enviar a descubrir lo que en la provincia había.”7 
Entonces, prosiguió la exploración del territorio y en el sitio dejó al comendador Martín López quien mudó la ciudad hacia una “parte muy acomodada y de mejor temple que donde la había asentado el capitán Juan Rodriguez; y en este propio sitio donde Martín López mudó la ranchería, está al presente poblada y edificada la ciudad de Mérida.”8
A su regreso, Maldonado “en un repecho un poco alto que allí se hace, puso la picota e hizo autos de que allí fijaba y trasladaba el pueblo de Santiago de los Caballeros que en la provincia de los cuycas, que así se llama aquella tierra, había poblado, y dejando con apellido de ciudad la gente que allí quedaba, dende a pocos días se salió de ella, con otros muchos que le siguieron, y sin querer repartir huertas, estancias ni solares, ni los indios que en la tierra había, se volvió al Reino a dar cuentas a la audiencia de lo que en aquellas tierras había.”9

Con el tiempo, la ciudad preservó su nombre original.  Es muy ilustrativo el testimonio de Don Tulio Febres-Cordero sobre los vaivenes del nombre de la ciudad: 
Tulio Febres-Cordero
 “Sabido es que la Mérida hispana, fundada por el Emperador Augusto, que fue primero floreciente Colonia Romana y luego metrópoli civil y eclesiástica de la antigua Lusitania, era llamada en su origen indistintamente Emérita Augusta o Augusta Emérita, mudándose este último nombre en el de Mérida, durante la dominación de los Mahomentanos, quienes se adueñaron de ella en 713... y la poseyeron quinientos veinte años... quedando después sometida a la jurisdicción del Gran Maestre de la Orden de los Caballeros de Santiago...  La Mérida neogranadina primero y venezolana desde 1777 no lleva el nombre de “los Caballeros” por imitación de la famosa ciudad española, que nunca lo ha usado, sino porque el segundo fundador de la ciudad de la Sierra Nevada, al mudarla de sitio en 1559, le mudó también el nombre, llamándola en vez de Mérida, Santiago de los Caballeros... Debe tenerse en cuanta, que enlazado el nombre de la ciudad al de los bandos en que ella estaba dividida, uno por Rodriguez Suárez con el nombre de Gavirias, y el otro por Maldonado, con el nombre de Cerradas, según predominase uno u otro, el título de Santiago de los Caballeros caía en olvido o volvía a usarse; viniendo a la larga, cuando se extinguieron ambos bandos, a quedar como nuevo título de recordación histórica, tal como se da a Caracas el nombre de Santiago de León.”10

Como todas las ciudades hispanoamericanas, Mérida, trazada según las primeras normas de colonización aplicada a las Indias, se construyó y evolucionó con la mezcla primaria de colonizadores españoles y culturas indígenas originarias. Hacia 1607, según el testimonio  de Diego De Villanueva y Gibaja, la ciudad de Mérida tenía aproximadamente ciento cincuenta vecinos, de los cuales, sesenta eran encomenderos de unos tres mil quinientos indígenas asentados entre tres y doce leguas entorno a la ciudad, es decir, con un radio de acción de setenta kilómetros. 

Los testimonios de la época, revelan la presencia de una fuerte y extendida cultura indígena de base agrícola. Los estudios arqueológicos y etnológicos describen los grupos de aborígenes localizados en los Andes Venezolanos con los nombres de timotes y cuicas. 


Sin pretender analizar un proceso cultural que ha sido muy difícil para los expertos por las escasas pruebas recolectadas, es bueno recordar los nombre de los primeros habitantes o tribus asentadas a lo largo del valle del río Chama: mucuchíes, mucurubaes, mucujunes, mucaquetaes, mucarias, mucusiríes, mucutucuas, mucumbaes, mucusquis, mucuunes, mucutíes, muquiñones, mucubaches, mucurundaes, tabayes, tateyes, escagueyes, chichuyes, gaques, jajíes. Eran  culturas con un desarrollo incipiente en el arte del tejido, la cerámica, la construcción de viviendas, sistemas de riego, construcción de andenes y rutas comerciales. Don Tulio Febres-Cordero ilustra esta condición en el siguiente escrito: 
 “Contra la creencia general de que nuestros aborígenes eran del todo salvajes, hay hechos que prueban lo contrario de modo elocuente, sobre todo respecto a varias tribus principales de los Andes Venzolanos que hacían vida pacífica, congregadas en poblaciones formales que cultivaban la tierra con esmero y producían en el campo de la industria, los útiles y artefactos más necesarios a la existencia. Entre esos hechos históricos, favorables a la cultura incipiente de los indios de las serranías de Mérida, merece recordarse el grado recomendable de adelanto en que estaba su agricultura... Existen datos y monumentos que revelan de un modo inequívoco que era floreciente a la llegada de los españoles... Fr. Pedro Simón dice:  “en los rastros que yo vi cuando pasé por estas tierras (1612 y 1613)... están todas labradas y hechas poyos a trechos, donde sembraban sus raíces y maíz para sus sustento, porque la muchedumbre de gente no dejaba que holgase un palmo de tierra, aunque fuese de muy fríos páramos. Estos poyos, que en el Perú llamaron los españoles andenes, son el origen del nombre después corrompido de Andes, dado a toda la gran cordillera de América. Aun existen en la jurisdicción de Mérida cerros labrados en tal forma.”11

 Actualmente, los expertos destacan la adapatación productiva y constructiva de nuestros aborígenes a las exigencias del paisaje natural, otorgándoles una valoración ecológica en la preservación del ambiente. De acuerdo a las crónicas españolas se puede inferir que: 
"El dinamismo del poblamiento andino fue producto de una hibridación, superposición y síntesis  de distintas culturas y pueblos, con filiaciones linguísticas diferentes dentro de un marco ecológico particular, observado en las plantas cultivadas y en el diseño espacial de las aldeas y viviendas, que debían responder a las características de las   pendientes y a la naturaleza de los materiales que ofrecía el entorno.”12
De esa variedad de pueblos indígenas, el pueblo Tatuy o Tateyes tuvo su asiento originario en la meseta de Mérida. Si la palabra Tatuy significa “antiguo”, “anciano”, “taita” o “génesis”, se deduce que los primeros habitantes de la meseta de Mérida fue uno de los pueblos más antiguos de los Andes Venezolanos. Linguísticamente, esta palabra se mantuvo activa hasta los últimos años ochenta, para identificar el pasaje más concurrido del antiguo Mercado Principal de Mérida o Pasaje Tatuy. Con la desaparición del viejo mercado, esta palabra tiende a olvidarse y la ciudad actual mantiene una deuda de reconocimiento a esa génesis histórica, cuya memoria debería ser recuperada en sus espacios primigenios.




[1] Rodriguez,Carlos César. TESTIMONIOS MERIDEÑOS. 1996
[2] Ibid
[3] Ibid
[4] Ibid
[5] Ibid
[6] Ibid
[7] Ibid
[8] Ibid
[9] Ibid
[10] Febres-Cordero, Tulio. ARCHIVO DE HISTORIA Y VARIEDADES.TOMO I. Mérida,1930
[11] Febres-Cordero,Tulio. Ibid
[12] Niria Suárez y Marleny Rivas. “REGIÓN Y CIUDAD: ASPECTOS SOCIOHISTÓRICOS, CULTURALES Y EDUCATIVOS DE LA SOCIEDAD MERIDEÑA”. Autoras:.  Artículo publicado en ITINERARIOS Y ENSEÑANZA DE LA MEMORIA URBANA DE MERIDA. ULA. Mérida, Venezuela 2006