martes, 3 de mayo de 2011

LA FUNDACION DE LA CIUDAD DE MERIDA

Vista aérea de la ciudad de Mérida, Venezuela.


Para examinar este episodio debemos recurrir, al menos, a tres versiones culturalmente aceptadas. Cronológicamente, la primera corresponde a Fray Pedro de Aguado, monje franciscano nacido en España quien, en 1581, preparó la RECOPILACIÓN HISTORIAL DE VENEZUELA.  En segundo lugar, al testimonio de Fray Pedro Simón, español quien pasa por Mérida en 1612,  y da referencias de su fundación en la obra NOTICIAS HISTORIALES DE VENEZUELA. En tercer lugar, la versión del escritor merideño Don Tulio Febres-Cordero, registrada en la obra ARCHIVO DE HISTORIA Y VARIEDADES. TOMO I. 1930. Estos testimonios presentan algunas discrepancias sobre las fechas de fundación y los diferentes nombres de la ciudad.  


Tradicionalmente, se ha admitido una primera fundación  realizada por Juan Rodriguez Suárez cerca de Lagunillas en octubre de 1558 y su mudanza posterior hacia el lugar definitivo que hoy ocupa, llevada a cabo por Juan de Maldonado. En los últimos tiempos se ha extendido la versión de Fray Pedro de Aguado sobre la existencia de tres emplazamientos de fundación. 

Algunos historiadores consideran que no fue en Lagunillas donde Juan Rodriguez Suárez fundó la ciudad de Mérida en Octubre de 1558,  sino en el poblado que hoy se conoce como San Juan de Lagunillas; él mismo realizaría la primera mudanza a principios de enero de 1559 hacia el extremo suroeste de la meseta Tatuy, probablemente en el sitio hoy ocupado por La Parroquia.  En octubre de 1559 la ciudad se traslada al sitio que actualmente ocupa, con el nombre de Ciudad de Santiago de los Caballeros.

Para ilustrar un poco tal acontecimiento histórico haremos referencia al testimonio de Fray Pedro de Aguado. Ahí se destaca como uno de los objetivos colonizadores proyectados desde el Nuevo Reino de Granada, la expedición hacia: "Una cordillera y sierra que cae sobre los llanos de Venezuela, en la cual vía habían visto ciertos cumbres de sierra metidos en la propia cordillera, nevados de suerte que por la mucha nieve que sobre ellos caía y todo el año había se veían y divisaban desde muy lejanas tierras...”1 

Fray Pedro de Aguado
Pedro de Aguado narra las discrepancias surgidas entre los capitanes Juan Rodriguez Zuárez y Juan de Maldonado  sobre esa expedición, y la iniciativa del primero de emprender  un viaje que resultó lleno de grandes trabajos y complicaciones. Así lo reseña:  
“Caminó con harto trabajo suyo y de todos sus soldados a algunas jornadas, donde demás del excesivo trabajo que en abrir el camino llevaban cortando muchos y gruesos árboles  donde la necesidad lo requería... de suerte que como hombres que casi tenían perdida la esperanza  de salir adelante ni acabar de pasar aquella montaña por su maleza y espesura, se quisieron volver atrás.”2
Así, llegaron a un pueblo de mucha gente y cultivos cuyas casas tenían a la entrada una poza grande y bien hecha y honda en que los indios recogían el agua para regar sus labranzas y legumbres... y por causa de ellos fue el pueblo llamado de los Estanques.”3


Posteriormente, encontraron otra población llamada Zamu y llamaron la Lagunilla, con habitantes “de buena distinción y pacíficos... daba muy gran alegría y contento ver la mucha población que por allí había, toda junta, por sus barrios, muy acompañada de grandes y fructíferos árboles... Traían sus persona ricamente aderezadas con mucha plumajería y cuentas blancas y verdes, y mantas de algodón... les hacía parecer muy bien y daba muestra de ser gente aventajada y respetada de los demás indios de esta provincia de Sierras Nevadas, como en la verdad los son, por respecto de cierto lago o laguna que estos indios tienen en su tierra...(con) un género de salitre muy amargo... que en su propia lengua llaman xurao.”4 
Vista actual de Lagunillas
Asi,en ese sitio “donde estaba alojado, que es casi la última parte de la Lagunilla, yendo hacia la Sierra Nevada, pobló un pueblo con sus ceremonias acostumbradas, al cual llamó la ciudad de Mérida, con aditamento de mudarla si le pareciese convenir;  luego nombró sus alcaldes y regidores y otros oficiales... lo cual hecho celebraron la fundación de su pueblo con mucho regocijo, que fué por Todos Santos del año de cincuenta y ocho.”5
“en unos bohíos de indios que allí había poblados, porque... le parecía el lugar muContinuando la exploración del territorio hacia el norte, encontraron una meseta muy llana, cercada de rios y colindante a la Sierra Nevada. Juan Rodriguez mudó su pueblo hacia ese lugar y fuerte y de gran ventaja... En él hicieron los españoles sus casas, aunque fuera de la traza del pueblo, sino en ranchería... dado asiento en las cosas del pueblo y desta su segunda traslación acordó Juan Rodriguez ir a dar vistas y descubrir la laguna de Maracaibo.”6

Es conocido el  seguimiento sobre la expedición de Rodriguez Suarez, realizada por el capitan Juan de Maldonado, quien según esta versión de Pedro de Aguado, había tenido el propósito de asociarse con Suarez para proseguir en la exploración y conquista del territorio, pero la confrontación entre ellos hizo que:
"Maldonado suministrara informaciones bien rigurosas de las muertes y otros malos tratamientos que en la provincia se habían hecho, y con ellas envió preso al capitán Juan Rodriguez a la ciudad de Santafé, y quedándose él con toda la gente determinó de ir y enviar a descubrir lo que en la provincia había.”7 
Entonces, prosiguió la exploración del territorio y en el sitio dejó al comendador Martín López quien mudó la ciudad hacia una “parte muy acomodada y de mejor temple que donde la había asentado el capitán Juan Rodriguez; y en este propio sitio donde Martín López mudó la ranchería, está al presente poblada y edificada la ciudad de Mérida.”8
A su regreso, Maldonado “en un repecho un poco alto que allí se hace, puso la picota e hizo autos de que allí fijaba y trasladaba el pueblo de Santiago de los Caballeros que en la provincia de los cuycas, que así se llama aquella tierra, había poblado, y dejando con apellido de ciudad la gente que allí quedaba, dende a pocos días se salió de ella, con otros muchos que le siguieron, y sin querer repartir huertas, estancias ni solares, ni los indios que en la tierra había, se volvió al Reino a dar cuentas a la audiencia de lo que en aquellas tierras había.”9

Con el tiempo, la ciudad preservó su nombre original.  Es muy ilustrativo el testimonio de Don Tulio Febres-Cordero sobre los vaivenes del nombre de la ciudad: 
Tulio Febres-Cordero
 “Sabido es que la Mérida hispana, fundada por el Emperador Augusto, que fue primero floreciente Colonia Romana y luego metrópoli civil y eclesiástica de la antigua Lusitania, era llamada en su origen indistintamente Emérita Augusta o Augusta Emérita, mudándose este último nombre en el de Mérida, durante la dominación de los Mahomentanos, quienes se adueñaron de ella en 713... y la poseyeron quinientos veinte años... quedando después sometida a la jurisdicción del Gran Maestre de la Orden de los Caballeros de Santiago...  La Mérida neogranadina primero y venezolana desde 1777 no lleva el nombre de “los Caballeros” por imitación de la famosa ciudad española, que nunca lo ha usado, sino porque el segundo fundador de la ciudad de la Sierra Nevada, al mudarla de sitio en 1559, le mudó también el nombre, llamándola en vez de Mérida, Santiago de los Caballeros... Debe tenerse en cuanta, que enlazado el nombre de la ciudad al de los bandos en que ella estaba dividida, uno por Rodriguez Suárez con el nombre de Gavirias, y el otro por Maldonado, con el nombre de Cerradas, según predominase uno u otro, el título de Santiago de los Caballeros caía en olvido o volvía a usarse; viniendo a la larga, cuando se extinguieron ambos bandos, a quedar como nuevo título de recordación histórica, tal como se da a Caracas el nombre de Santiago de León.”10

Como todas las ciudades hispanoamericanas, Mérida, trazada según las primeras normas de colonización aplicada a las Indias, se construyó y evolucionó con la mezcla primaria de colonizadores españoles y culturas indígenas originarias. Hacia 1607, según el testimonio  de Diego De Villanueva y Gibaja, la ciudad de Mérida tenía aproximadamente ciento cincuenta vecinos, de los cuales, sesenta eran encomenderos de unos tres mil quinientos indígenas asentados entre tres y doce leguas entorno a la ciudad, es decir, con un radio de acción de setenta kilómetros. 

Los testimonios de la época, revelan la presencia de una fuerte y extendida cultura indígena de base agrícola. Los estudios arqueológicos y etnológicos describen los grupos de aborígenes localizados en los Andes Venezolanos con los nombres de timotes y cuicas. 


Sin pretender analizar un proceso cultural que ha sido muy difícil para los expertos por las escasas pruebas recolectadas, es bueno recordar los nombre de los primeros habitantes o tribus asentadas a lo largo del valle del río Chama: mucuchíes, mucurubaes, mucujunes, mucaquetaes, mucarias, mucusiríes, mucutucuas, mucumbaes, mucusquis, mucuunes, mucutíes, muquiñones, mucubaches, mucurundaes, tabayes, tateyes, escagueyes, chichuyes, gaques, jajíes. Eran  culturas con un desarrollo incipiente en el arte del tejido, la cerámica, la construcción de viviendas, sistemas de riego, construcción de andenes y rutas comerciales. Don Tulio Febres-Cordero ilustra esta condición en el siguiente escrito: 
 “Contra la creencia general de que nuestros aborígenes eran del todo salvajes, hay hechos que prueban lo contrario de modo elocuente, sobre todo respecto a varias tribus principales de los Andes Venzolanos que hacían vida pacífica, congregadas en poblaciones formales que cultivaban la tierra con esmero y producían en el campo de la industria, los útiles y artefactos más necesarios a la existencia. Entre esos hechos históricos, favorables a la cultura incipiente de los indios de las serranías de Mérida, merece recordarse el grado recomendable de adelanto en que estaba su agricultura... Existen datos y monumentos que revelan de un modo inequívoco que era floreciente a la llegada de los españoles... Fr. Pedro Simón dice:  “en los rastros que yo vi cuando pasé por estas tierras (1612 y 1613)... están todas labradas y hechas poyos a trechos, donde sembraban sus raíces y maíz para sus sustento, porque la muchedumbre de gente no dejaba que holgase un palmo de tierra, aunque fuese de muy fríos páramos. Estos poyos, que en el Perú llamaron los españoles andenes, son el origen del nombre después corrompido de Andes, dado a toda la gran cordillera de América. Aun existen en la jurisdicción de Mérida cerros labrados en tal forma.”11

 Actualmente, los expertos destacan la adapatación productiva y constructiva de nuestros aborígenes a las exigencias del paisaje natural, otorgándoles una valoración ecológica en la preservación del ambiente. De acuerdo a las crónicas españolas se puede inferir que: 
"El dinamismo del poblamiento andino fue producto de una hibridación, superposición y síntesis  de distintas culturas y pueblos, con filiaciones linguísticas diferentes dentro de un marco ecológico particular, observado en las plantas cultivadas y en el diseño espacial de las aldeas y viviendas, que debían responder a las características de las   pendientes y a la naturaleza de los materiales que ofrecía el entorno.”12
De esa variedad de pueblos indígenas, el pueblo Tatuy o Tateyes tuvo su asiento originario en la meseta de Mérida. Si la palabra Tatuy significa “antiguo”, “anciano”, “taita” o “génesis”, se deduce que los primeros habitantes de la meseta de Mérida fue uno de los pueblos más antiguos de los Andes Venezolanos. Linguísticamente, esta palabra se mantuvo activa hasta los últimos años ochenta, para identificar el pasaje más concurrido del antiguo Mercado Principal de Mérida o Pasaje Tatuy. Con la desaparición del viejo mercado, esta palabra tiende a olvidarse y la ciudad actual mantiene una deuda de reconocimiento a esa génesis histórica, cuya memoria debería ser recuperada en sus espacios primigenios.




[1] Rodriguez,Carlos César. TESTIMONIOS MERIDEÑOS. 1996
[2] Ibid
[3] Ibid
[4] Ibid
[5] Ibid
[6] Ibid
[7] Ibid
[8] Ibid
[9] Ibid
[10] Febres-Cordero, Tulio. ARCHIVO DE HISTORIA Y VARIEDADES.TOMO I. Mérida,1930
[11] Febres-Cordero,Tulio. Ibid
[12] Niria Suárez y Marleny Rivas. “REGIÓN Y CIUDAD: ASPECTOS SOCIOHISTÓRICOS, CULTURALES Y EDUCATIVOS DE LA SOCIEDAD MERIDEÑA”. Autoras:.  Artículo publicado en ITINERARIOS Y ENSEÑANZA DE LA MEMORIA URBANA DE MERIDA. ULA. Mérida, Venezuela 2006

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